La capacidad de adaptación a un contexto cambiante, es clave para el éxito de cualquier negocio. A lo largo de la vida de una empresa, el funcionamiento del mercado o la necesidad de hacer frente a una determinada situación económica pueden desencadenar ciertos cambios en su organización.
El domicilio social es uno de los elementos que puede quedar sujeto a ese tipo de modificaciones.
En estas circunstancias, conocer las implicaciones de cambiar el domicilio social es esencial para determinar qué impacto puede tener dicha variación en la actividad económica de tu negocio.
¿Qué es el domicilio social de una empresa?
El domicilio social es el lugar físico donde una empresa lleva a cabo su actividad o tiene su centro de administración.
De esta regla se deduce que la determinación del domicilio social no puede realizarse al margen de la realidad empresarial del negocio.
En otras palabras, cuando elijas el domicilio social de tu empresa, debes asegurarte de que corresponde al lugar donde esta opera o están ubicadas sus oficinas de gestión o dirección.
El domicilio social y el domicilio fiscal no son lo mismo
El concepto de domicilio social es distinto al de domicilio fiscal.
El domicilio social de una empresa debe inscribirse en el Registro Mercantil de la provincia del lugar elegido y determina la sujeción de la actividad empresarial a una determinada legislación.
En cambio, el domicilio fiscal afecta a “sus relaciones con la Administración Tributaria”, según el artículo 28 de la Ley General Tributaria (LGT).
En todo lo relativo al pago de impuestos, la localización relevante será el domicilio fiscal.
Ambos domicilios no tienen por qué coincidir. No obstante, la LGT establece que el domicilio fiscal de las personas jurídicas será el de su domicilio social “siempre que en él estén efectivamente centralizadas la gestión administrativa y la dirección de sus negocios”.
¿Cómo se realiza el traslado de domicilio social?
En 2017 se reformó la Ley de Sociedades de Capital, para agilizar los cambios de domicilios sociales de las empresas.
Anteriormente, la ley exigía dos requisitos: que la modificación fuera aprobada por el Consejo de Accionistas y la posibilidad de efectuar ese cambio no estuviera prohibida por los estatutos de la sociedad.
Con la nueva reforma, desaparece el trámite de convocatoria de la Junta General.
Siempre y cuando los estatutos prohíban que el órgano administrador tome la decisión por sí mismo, no será necesario reunir a todos los accionistas para acordar el cambio de domicilio social.
Una vez modificados los estatutos, deberán elevarse a escritura pública ante notario e inscribirse en el Registro Mercantil de la provincia a la que pertenezca el nuevo domicilio social.
Si el domicilio social es diferente al fiscal, también deberás notificar el cambio a la Agencia Tributaria.
Consecuencias de cambiar el domicilio social de una empresa
Habitualmente, el cambiar el domicilio social responde a una modificación de la actividad empresarial, por cuestiones de estrategia u oportunidad.
Sin embargo, has de recordar que este cambio, por muy conveniente que sea, lleva aparejadas algunas consecuencias.
El sistema territorial de España, el Estado Autonómico, permite que existan legislaciones diferentes para cada Comunidad Autónoma, en función del ejercicio de las competencias que cada una de ellas tenga atribuidas.
Eso puede dar lugar a cuerpos legislativos diferentes y, por lo tanto, a obligaciones ligeramente diferentes para las empresas, en función del lugar donde se encuentren ubicadas.
De producirse algún conflicto legal, la sociedad deberá pleitear en la provincia de su domicilio social. También será demandada ante los tribunales de la provincia donde se encuentre la sede social.
Que una empresa traslade su domicilio social de una Comunidad Autónoma a otra apenas tiene impacto en la economía de la región si lo único que se cambia es el centro de gestión.
Cuestión distinta es si el cambio obedece a una traslación de las actividades económicas.
De producirse un traslado masivo de empresas por esa razón, la economía sí podría verse afectada. El reciente caso del proceso independentista catalán puede darte pistas sobre estos asuntos.
En ciertas situaciones, un cambio en la sede social puede convertirse en el empujón que tu empresa necesita para iniciar una nueva etapa, más fructífera y productiva.
Puede ser una oportunidad para abrir nuevos horizontes de negocio, ensanchar tu círculo de contactos o incluso aprovechar ciertas ventajas que las leyes de la Comunidad Autónoma en cuestión contemplen para empresas de un determinado sector.
Los asesores de AYCE Laborytax te recomendamos que tengas en cuenta que, la decisión de cambiar el domicilio social, tendrá que ir acompañada de las actuaciones necesarias para cumplir con los requisitos que la ley establece para esta nueva situación: que se cambie de ubicación el centro de toma de decisiones de la empresa, o vayas a prestar servicios, o comerciar con bienes en otra provincia.
En cualquier caso, si tienes alguna duda al respecto, puedes ponerte en contacto con nosotros.
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