Si eres un empresario y estás valorando la posibilidad de comprar o invertir en una nueva empresa, lo más conveniente sería realizar una investigación que te permita conocer cualquier dato importante que pudiera influir en la toma de decisiones. Una investigación que se lleva a cabo mediante una due diligence.

¿Qué es una due diligence y para qué sirve?

Una due diligence es un proceso de investigación iniciado generalmente por el comprador o inversor de una empresa, una vez se han iniciado las primeras negociaciones, como condición previa a la firma de un contrato de compra – venta o una ampliación de capital.

El objetivo de la due diligence no es otro que conocer los posibles riesgos que tiene una empresa, para así poder analizar su verdadera realidad económica y financiera. De esta manera tendrán una mayor información para determinar si la empresa vale realmente lo que sus propietarios dicen que vale, y si todo está correcto.

Para acometer una due diligence es requisito indispensable contar con el consentimiento del propietario de la empresa. Asimismo, al tratarse de una especie de auditoría, lo más recomendable es que se encargue de realizarla una tercera persona independiente de ambas partes, para así obtener una opinión experta y totalmente imparcial.

La due diligence debería realizarse en el menor tiempo posible para tratar de interrumpir lo mínimo posible la actividad empresarial. Si se encontrasen posibles riesgos ocultos, lo más recomendable sería comenzar de nuevo las negociaciones, teniendo en cuenta la nueva situación.

Mientras se realiza la due diligence, el propietario de la empresa estará obligado a proporcionar toda la información necesaria, lo que significa que no podrá ocultar ni tergiversar ningún documento. De lo contrario, podría llevarse a cabo la nulidad del contrato, teniendo que pagar la correspondiente indemnización por los daños y perjuicios provocados.

Asimismo, todo este proceso deberá ir acompañado de un acuerdo de confidencialidad firmado por ambas partes, que no podrá romperse bajo ningún concepto.

¿Cómo hacer una due diligence?

Al hacer una due diligence se examinarán cada uno de los aspectos del negocio, detectando así cualquier carencia o eventualidad no controlada. Esto significa que la investigación afectará a todas las áreas de la empresa, con el objetivo de que la transacción pueda producirse de manera segura, con una total garantía.

  • Corporativo: estructura de capital, pactos entre socios, órganos de administración, así como otros aspectos relacionados con la toma de decisiones y el cumplimiento de obligaciones mercantiles.
  • Privacidad y propiedad intelectual: cláusulas en contratos con empleados, colaboradores y clientes, registro de marcas, patentes y dominios, protección de datos, etc.
  • Fiscal, laboral, contable y financiero: cumplimiento de obligaciones con las administraciones, documentación interna, verificación de la contabilidad.
  • Procesal: procedimientos formales iniciados por o en contra de la empresa, reclamaciones y otros riesgos detectados.

Para comenzar todo este proceso, ambas partes deberán haber pactado los términos más generales. Hecho esto, la due diligence se realizará con la mayor brevedad posible para no interferir en la actividad empresarial, así como para que el comprador o inversor disponga de más tiempo para tomar una decisión.

La empresa deberá nombrar a unos trabajadores que se encargarán de mediar con la persona responsable de realizar la due diligence, respondiendo a todas las peticiones solicitadas. Además, habrá que habilitar una sala específica, donde los encargados de la investigación examinarán toda la información necesaria.

¿Cuándo finaliza la due diligence?

Una vez se ha realizado toda la investigación pertinente, para terminar el proceso de due diligencia habrá que realizar un informe en el que se detallen todos los aspectos comerciales, tecnológicos, contables y laborales, que se hayan examinado y revisado durante la investigación.

Aquí hay que destacar que los responsables encargados de este proceso no van a realizar un simple diagnóstico de la empresa examinada, puesto que también deberán realizar su propia interpretación, para ofrecer el mejor asesoramiento posible al comprador o inversor, ayudándole a tomar las mejores decisiones para que la transacción sea conveniente y exitosa.

Finalizado todo el proceso de la due diligence, el comprador o inversor dispondrá de una imagen mucho más fiable de la situación real en la que se encuentra la empresa. De esta manera podrá realizar todos los cambios que crea necesario para aumentar el crecimiento tanto económico como productivo de la compañía.

 

Conclusión

La due diligence se muestra como un proceso totalmente recomendable a la hora de comprar o invertir en una empresa, a través del cual se puede conocer la situación real en la que se encuentra la empresa en cuestión, y así tomar decisiones más fiables que no afecten al futuro del comprador o inversor.