La Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) ha elaborado recientemente un informe sobre los impuestos de las empresas españolas.

Este informe, titulado Tributación Empresarial, determinó que la competitividad de las compañías españolas no es compatible con un incremento del Impuesto sobre Sociedades. Al menos no mientras no se reduzca la presión fiscal en otros impuestos.

Pero ¿cuántos impuestos pagan las empresas españolas realmente? En este artículo, resumimos los principales tributos para esclarecer esta pregunta.

¿Cuántos impuestos pagan las empresas españolas?

A la hora de calcular la fiscalidad en la empresa española, esta puede analizarse desde la perspectiva del resultado contable o de la base imponible.

Hay que tener en cuenta que el resultado contable incluye beneficios en el extranjero, y computa el grupo de sociedades como una única compañía.

Por tanto, lo más adecuado es analizar la presión fiscal desde la perspectiva de la base imponible. De este modo, solo se computa como beneficio la cifra que la ley tributaria entiende como tal.

El informe Paying Taxes del Banco Mundial calcula que las empresas españolas pagan un 46,9 % de sus beneficios en impuestos. Si se escoge como fuente el estudio de Think Tank Civismo de 2017, la cifra asciende al 61,5 %.

Sin embargo, por las razones antedichas, para analizar la presión fiscal es más útil medir este impacto sobre la base imponible.

En este sentido, la CEOE estima que las empresas españolas pagan en torno a un 22,5 % sobre la base imponible.

Esta cantidad supone un 30,4 % sobre el total de la recaudación tributaria, lo que representa una cifra de vértigo pese a la caída de la misma tras la crisis.

Pero, ¿cómo se reparten estos impuestos en las empresas españolas?

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Impuesto sobre Sociedades

Este impuesto se ha duplicado entre 2011 y 2016, ascendiendo del 3.8 % al 7.3 % sobre la base imponible. Actualmente, recauda una suma de 24 000 millones de euros.

Tras las cotizaciones empresariales a la Seguridad Social, el Impuesto de Sociedades representa la mayor carga tributaria para las compañías españolas. Así, alcanza un 10.6 % de la imposición total.

Cotizaciones a la Seguridad Social

Computando únicamente las cotizaciones empresariales, el sistema recauda por esta vía un total de 93 000 millones. De este modo, las cotizaciones empresariales representan el 35.6 % de los beneficios.

Lo que sitúa esta partida como el principal gasto tributario, pues oscila entre el 78 y el 92 % de la imposición total de la empresa.

Impuestos autonómicos y locales

La cifra de recaudación de los impuestos autonómicos alcanza los 2 000 millones de euros. Al referirse al Impuesto sobre Actividades Económicas habrá que sumar otros 600 millones de euros en las capitales de provincia. Por su parte, el Impuesto sobre Construcciones y Instalaciones representa otros 260 millones de euros en las capitales.

Respecto a los restantes tributos y tasas, es difícil calcular cuánto pagan las empresas españolas. Incluyen el Impuesto sobre Bienes Inmuebles, el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y otros tributos menores.

Mención especial: el IVA

El IVA no es un impuesto necesariamente ligado a la actividad empresarial, ya que su objetivo natural es ser abonado por el destinatario final del producto o servicio.

Sin embargo, las empresas se enfrentan a numerosos gastos no desgravables. La presión fiscal derivada de este impuesto dependerá de la pericia del contable ya que, por definición, no debería pagarlo la empresa.

La fiscalidad comparada

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En la Eurozona, la contribución de las empresas al fisco es de un 26.2 % de media. Esto sitúa a las empresas españolas en un 4.2 % por encima de la media.

Si las cifras se estiman en impuestos sobre beneficios, frente a una media del 40.9 %, las empresas españolas pagan un 46.9 %.

Por otro lado, queda desenmascarada una falsedad respecto a la presión fiscal comparada de la Europa septentrional y la mediterránea.

Frente a estas cifras, el porcentaje sobre beneficios que se recauda en Reino Unido es de tan solo el 30.7 %, mientras que en Dinamarca se queda en un 24.2 %.

Dentro del propio territorio nacional, la cantidad sobre beneficios puede variar desde un 49.67 % en las pequeñas empresas hasta un 61.57 % en grandes sociedades.

Estos datos han llevado a que en la actualidad la CEOE se haya posicionado en contra de la propuesta del Gobierno de endurecer la fiscalidad en la empresa española.

La confederación percibe esta estrategia como un freno a la competitividad de las empresas nacionales, debido a la fuerte presión fiscal que ya soportan las mismas.

Fue precisamente para sustentar esta alegación para lo que se elaboró el informe empleado como fuente, que además se apoyó en el citado informe Paying Taxes de PwC y el Banco Mundial.

En resumen

La conclusión del informe Tributación Empresarial, por tanto, es que los impuestos sobre las empresas españolas ya son excesivos, y que un incremento de los mismos conllevaría un efecto rebote.

Al empeorar la competitividad, retraería la inversión, lo que conllevaría una minoración de la tributación.