Concurso de acreedores

Cuando un empresario detecta que su negocio se encuentra en situación de insolvencia, conforme a lo establecido en el artículo 2.1 de la Ley Concursal, abrir un concurso de acreedores puede ser la mejor opción para poder continuar la actividad empresarial, a pesar de las deudas, o para poner fin a la actividad de una manera ordenada.

Pero aunque el término “concurso de acreedores” nos suena a todos, las dudas que abarcan al respecto son muchas, y a continuación vamos a tratar de solventarlas a través de una guía en la que te vamos a explicar el concepto, los diferentes tipos de concursos que existen, las fases y los pasos a seguir para solicitarlo. ¡Comenzamos!


Te interesa:

Modificación del crédito reconocido en lista de acreedores de concurso de acreedores. Modificación doctrina del artículo 97 bis.


¿Qué es un concurso de acreedores?

Un concurso de acreedores es un procedimiento jurídico destinado a solucionar los problemas de insolvencia y falta de liquidez de un negocio, que se marca como objetivo que los acreedores puedan cobrar, así como la búsqueda de soluciones para evitar la quiebra de un negocio.

Los concursos de acreedores son aplicables a personas físicas y/o jurídicas, trabajadores autónomos, así como para pequeñas, medianas y grandes empresas.

Este procedimiento jurídico sirve como un recurso de ayuda para las empresas, sociedades y/o trabajadores autónomos en situación de insolvencia, ya que se trata de un mecanismo destinado a hacer frente a las deudas pendientes.

Una vez solicitado, el encargado de gestionarlo es un juez, pudiendo llegar a paralizar las ejecuciones de deuda, o rebajar y aplazar el pago de la deuda con el Juzgado Mercantil.

La Ley Concursal 22/2003, de 9 de julio, trata la no disolución total de la empresa y fomenta la conservación del patrimonio. Para ello, el empresario utiliza su patrimonio como garantía hipotecaria, siendo el último en cobrar la deuda.

¿Cuándo se debe solicitar el concurso de acreedores?

Concurso de acreedores

La Ley Concursal se refiere a situación de insolvencia a la imposibilidad de cumplir con las obligaciones crediticias de la empresa, y hace una diferencia respecto a lo que podría ser un bache temporal.

Para solicitar el concurso de acreedores una empresa debe pasar por verdaderas dificultades económicas que puedan llevarle a la quiebra. De esta forma, se trata de sanear la empresa, primando la satisfacción de las deudas de los acreedores, y buscando soluciones para evitar la extinción de los trabajadores.

Tipos de concursos de acreedores

Existen dos formas de solicitar el concurso de acreedores: voluntaria o forzosa.

  • Voluntaria:

La persona física o responsable de la empresa solicita el concurso de acreedores de forma voluntaria. La Ley Concursal establece que cuando el órgano de administración prevé la quiebra de la empresa, está obligado a solicitar el concurso. De lo contrario, podría ser sancionada, llegando a imputarla penalmente, en caso que el juez considerase que la quiebra ha sido provocada por fines ilícitos.

  • Forzosa:

La solicitud forzosa la realiza alguno de los socios o acreedores, cuando existen desavenencias con la administración de la sociedad. Aquí el juez es el encargado de tramitar la solicitud del concurso, decidiendo si se lleva a cabo o no.


Te interesa:

Régimen especial de caja, tributación de las deudas consideradas incobrables.


Fases del concurso de acreedores

Concurso de acreedores

Todo concurso de acreedores consta de cuatro fases diferentes:

1- Fase común:

Existe una fase común en todo tipo de concursos de acreedores, la cual se divide en cuatro partes:

  • Primera: Se realiza la solicitud del concurso, el juez la estudia y se aplican las posibles medidas cautelares.
  • Segunda: Resolución judicial declarando el concurso o desestimando la solicitud de concurso.
  • Tercera: Se determina la masa activa que tiene la empresa.
  • Cuarta: Se clasifican las deudas de la empresa, diferenciando entre especiales, generales, ordinarias y subordinadas.

2- Fase de convenio:

En esta segunda fase se reciben las propuestas de convenio entre el deudor y cualquier acreedor, que deben contener proposición de quita o espera. Se pueden incluir ambas dentro del mismo convenio, siempre y cuando se especifique un plan de pagos minucioso.

Las proposiciones de convenio deben suponer obligatoriamente la continuidad de la actividad empresarial o profesional del concursado.

Presentadas las propuestas de convenio, los acreedores podrán votar en la junta de acreedores por la que consideren más favorable para ellos. Si  alguna de ellas recibe una mayoría suficiente para su aprobación, y está libre de todo defecto o infracción, el juez podrá proceder a aprobar el convenio.

3- Fase de liquidación:

El deudor en situación de concurso puede solicitar en cualquier momento que se inicie la fase de liquidación. Asimismo, también se abrirá cuando no se hayan presentado propuestas de convenio, o si se hubieran presentado convenios y no hayan sido aprobados.

Abierta la fase de liquidación, el deudor perderá sus facultades de administración y gestión, siendo el administrador concursal la persona encargada de hacerlo.

La liquidación consiste en vender todos los bienes del deudor para tratar de pagar la máxima deuda posible, siguiendo el orden prioritario establecido en la Ley Concursal.

4- Fase de calificación:

En la cuarta y última fase de calificación se realiza una reflexión sobre el concurso de acreedores, a fin de catalogarlo como fortuito o culpable.

Si el concurso es declarado como culpable, los administradores serán inhabilitados para administrar bienes ajenos, y estarán condenados a devolver los bienes o derechos que hubieran obtenido indebidamente del patrimonio del deudor, teniendo que indemnizar por los daños causados.

 

Conclusión

Un concurso de acreedores es un procedimiento legal que se lleva a cabo cuando una persona física o jurídica se encuentra en situación de insolvencia, y no puede cumplir con sus obligaciones ni afrontar las deudas que tiene pendiente, con el objetivo de evitar la quiebra de la empresa o de finalizar la actividad económica de forma ordenada.