Las empresas y autónomos tienen que registrar contablemente la depreciación en el valor de determinados activos. Este acto se denomina amortización y responde a determinados parámetros previamente delimitados por la Administración para evitar fraudes de ley. Las amortizaciones pueden ser lineales o sujetas a determinados cambios legislativos, como se podrá ver.

En el artículo se explicará en qué consiste la amortización lineal, cómo calcularla y en qué consiste la metodología. También te daremos ejemplos para saber qué puede ser más conveniente para la empresa en función de la casuística concreta.

¿Qué Es La Amortización Lineal?

Se entiende como amortización lineal el cálculo de la depreciación de un determinado inmovilizado de forma constante en el tiempo.

Ahora bien, este no es el único método que existe y, sobre todo en las grandes empresas, es posible que se utilicen fórmulas alternativas que permite la legislación tributaria de España.

Por regla general, la Administración, a través del Ministerio de Hacienda, publica anualmente unas tablas donde se establecen los periodos de amortización máximos y el porcentaje anual a deducir.

También la amortización de determinados bienes, siendo el caso de los coches usados, quizás, uno de los más paradigmáticos porque se publica el valor venal todos los años.

Cuando se dan estas situaciones se puede optar por una amortización lineal o, en cambio, por calcular la depreciación en función de lo que indiquen las tablas.

Sin embargo, es importante destacar que no todos los años se aplican los mismos criterios y que, por lo tanto, conviene estar atento ante los cambios de criterio que pueda introducir la Administración.

Determinada coyuntura económica puede provocar que se cambien los coeficientes y que, en consecuencia, se puedan aplicar nuevos baremos. Esto tiene cierta lógica puesto que el proceso de renovación tecnológica tiende a acelerarse y, en consecuencia, se acorta el periodo de vida de determinados bienes.

La amortización lineal, pues, es una forma de evitar estos vaivenes y, para empresas con un funcionamiento poco complejo, es el método más sencillo y rápido.

Además, es importante tener en cuenta que, así, se evitan diferencias de criterios con la Agencia Tributaria que, en no pocas ocasiones, desembocan en sanciones económicas.

¿Cómo Calcular La Amortización Lineal De Un Inmovilizado Material?

Antes de nada, es importante destacar que para calcular la amortización lineal es conveniente diferenciar entre lo que se entiende como precio de adquisición y la base amortizable, que pueden diferir y, de hecho, difieren.

A la hora de realizar el cálculo, hay que basarse en la base amortizable, no en lo que se haya pagado por el inmovilizado.

En cualquier caso, el cálculo de la amortización lineal del inmovilizado es positivo porque ofrece seguridad y estabilidad, puesto que todos los años se va a deducir la misma cuota.

Ahora bien, también es cierto que se generan algunas disfunciones porque hay bienes que se deprecian más los primeros años de uso y otros que empiezan a perder mucho valor a partir de los tres o cuatro.

Por ejemplo, un coche nuevo se puede depreciar un 30% los tres primeros años de vida. En cambio, determinada maquinaria industrial tendrá un periodo de depreciación más prolongado, puesto que esta se mide en términos de productividad.

Método de la Amortización Lineal

El método de amortización lineal es sumamente fácil de calcular y se compone de dos elementos: la base amortizable y el periodo de años de amortización.

El resultante de dividir ambas magnitudes dará la cuota anual que hay que incluir. De esta manera, la empresa podrá planificar su política de tesorería con la suficiente antelación y evitar imprevistos.

Esto es bueno porque, a la hora de pedir financiación o gestionar pagos, las entidades financieras valoran una contabilidad ordenada y previsible.

Por lo tanto, y aunque las amortizaciones sujetas a cambios pueden ofrecer márgenes más amplios, este sistema es preferible para compañías sin demasiado inmovilizado disponible.

Los autónomos con pocos trabajadores no suelen tener este problema, a no ser que tengan maquinaria de última generación, como puede suceder en las fábricas.

Eso sí, es posible que quede un resto porque no es lo habitual que todo se pueda amortizar en un periodo exacto de años.

En este caso, la cantidad se deducirá el siguiente año. Es importante, eso sí, comprobar que se realiza la amortización de acuerdo con los mínimos anuales establecidos.

Conclusión

La amortización lineal es la forma más común de calcular la amortización de un inmovilizado material, sobre todo en pymes. Es importante tener en cuenta que existen otros métodos, pero la simplicidad y previsibilidad permiten que una empresa no se tenga que preocupar por las variaciones resultantes del contexto económico o tecnológico.

En este tipo de situaciones, una consultoría para empresas puede ayudar porque, así, se puede elegir aquella fórmula que más se adapte a las propias necesidades. De esta manera, se gana en tranquilidad y se adapta la contabilidad a lo que se considere oportuno dentro de las posibilidades legales.